En la década de los años cuarenta algunas novelistas intentan rescatar el papel femenino en la construcción mexicana, Consuelo Delgado con su obra Yo también Adelita, Rosa de Castaño con Transición, Nellie Campobello con Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa y María Luisa Ocampo con Bajo el fuego, redimensionan el papel histórico de aquellas luchadoras a favor del cambio, contribuyendo una renovada visión de la nación y de sus heroínas, mostrando la vida cotidiana y las desigualdades sociales de la época.